miércoles, 14 de marzo de 2018

SEMINARIO, CORAZÓN DE LA DIÓCESIS


Solo Jesucristo puede responder totalmente a las preguntas más interpelantes y a los deseos más profundos de los jóvenes. Solo el encuentro con Él produce una alegría y una esperanza verdaderamente capaces de transformar la realidad y dotarla de significado.

El seminario, tan querido por vosotros, es un hogar de discípulos y horma de apóstoles, el corazón de la diócesis que ve crecer a sus futuros pastores en el ambiente de los mismos apóstoles en torno a Jesús, para enviarles después a predicar y representar al Señor con sus mismos sentimientos.

Todos los cristianos en general -sacerdotes, consagrados, laicos- , debemos considerar al Seminario como algo nuestro, conocerlo, apoyarlo, quererlo. Toda la Diócesis apoyando a su Seminario, participando en sus celebraciones y de manera especial en momentos importantes

Debemos recordar que el lugar principal para fomentar las vocaciones es la familia cristiana donde los padres educan a sus hijos con sincero amor a Dios viviendo la fe católica, frecuentando los sacramentos, y si prevalece un espíritu de humildad, obediencia, amor entre sí, y la escucha de la Palabra de Dios. Las vocaciones se fomentan cuando los padres enseñan a sus hijos, con su palabra y ejemplo, un espíritu de generosidad y a vivir con desprendimiento y servicio. Los padres católicos deberían recordar que es una bendición que Dios llame a uno de sus hijos a la vida religiosa o al sacerdocio.



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